La primera semana del Abril Republicano organizado por “Ciudadanos por la República” de Cuenca continúa con una charla-debate este miércoles 10 de abril, a las 7 de la tarde, en el salón de actos de las Escuelas Aguirre.
En esta ocasión el protagonista será el médico anestesista del hospital Severo Ochoa, de Leganés, y presidente de la Asociación “Derecho a Morir Dignamente” Luis Montes Mieza que hablará sobre los “Derechos sanitarios al final de la vida. Ley básica de autonomía del paciente”.
En la presentación del acto intervendrá un portavoz de la Asociación republicana y el encargado de introducir la charla-debate y presentar al ponente será el ginecólogo del Hospital público de Cuenca “Virgen de la Luz”, Jose Andrés Guijarro.
La Asociación “Derecho a Morir Dignamente” es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 1984 que defiende la libertad de toda persona a decidir el momento y forma de finalizar su vida, especialmente cuando padece un deterioro irreversible y un sufrimiento insoportable.
“Penalizar la disponibilidad de la propia vida en unas circunstancias en las que la persona requiere la ayuda de un profesional de la salud, porque se encuentra en una situación de enorme vulnerabilidad y sufrimiento a consecuencia de la enfermedad, es una contradicción y una imposición inaceptable en una sociedad democrática cuyo fundamento es la libertad del individuo”, declaró el doctor Montes en una entrevista reciente.
“Por ello, añadía el ponente de la charla de este Abril Republicano conquense, es necesario insistir en hacer pedagogía de este derecho. Hay un pacto de silencio con la muerte y esto está dentro de nuestra cultura. Planificarte qué cuidados quieres al final de tu vida, haciendo por ejemplo el testamento vital, es empezar ya a hablar de la muerte”.
Un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) – difundido en el año 2010 - reflejaba que el 60% de los ciudadanos creen que España debería legalizar la eutanasia. Sólo uno de cada diez se opone explícitamente a ello. La radiografía social destaca que la aceptación de la eutanasia no es inherente a la afiliación política o a las creencias religiosas. Sólo el 3% de los votantes del PSOE y el 4% de los militantes del PP eran “totalmente” partidarios de prolongar la vida de un paciente artificialmente cuando no existan esperanzas de curación.
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