Creo que ninguno de los políticos o aspirantes a la alcaldía de Cuenca se ha parado un momento (en serio) a observar el estado de la ciudad. La parte baja, nueva de la ciudad, aunque limpia, da sensación de dejadez. Los "nuevos acerados" resultan ser más sucios que los anteriores, están ennegrecidos, los chicles se encuentran por doquier y además el nivelado de las distintas baldosas deja mucho que desear.
Calles mal señalizadas y con baches, postes torcidos, arrancados, o carteles señalando a dónde les viene en gana, no colaboran mucho a esa primera impresión que queremos dar a los que nos visitan. Vehículos aparcados en aceras, cargas y descargas, zonas peatonales, pasos de cebra, en dobles carriles, paradas de autobús... dan una imagen de desidia y falta de control e inseguridad.
Los contenedores situados como si estuvieran tirados, no tienen una localización lógica ni adecuada. Cuando se recogen, los empleados del servicio no se preocupan de asegurarse de si quedan en su sitio, y al haber varios servicios, cada uno lo deja caer en el lugar que puede. Un abandono.
Que los vehículos municipales presenten ese aspecto es vergonzoso. Son herramientas de trabajo y que pagamos con nuestros impuestos, por lo que su cuidado debería ser perfecto. Pongo como ejemplo el lastimoso estado de los vehículos de policía local. No creo que la actividad de este cuerpo en la ciudad sea tal como para que estén abollados (incluso los más nuevos), sucios, faltantes de accesorios o rotulación. ¿No hay autoridad dentro de este servicio?
Papeleras llenas, jardineras secas o vacías y rotondas (Ronda Oeste) sin arreglar, completan el cuadro que estos días nos encontrábamos los que visitábamos Cuenca.
Que en la zona centro-nueva de la ciudad se pueda ver aún hoy día edificios abandonados, ruinosos o sin arreglar la fachada dice mucho del aspecto que nuestros gobernantes quieren para Cuenca. Que nadie se haya puesto en contacto con los propietarios para solucionar esta situación o tomar cartas en el asunto, requiere de una profunda reflexión sobre la manera de actuar de nuestros sucesivos gobiernos municipales.
Por eso insto a quién gobierne a partir del 22-M a que trabaje el día a día y no se deje enamorar por los grandes proyectos que luego suelen ser un fiasco y comprometen el dinero de las arcas municipales.
DAVID HERRAIZ GONZALEZ
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