El Balonmano Cuenca cayó por 25-23 ante BM Caserío Ciudad Real en un partido intenso en el Quijote Arena, donde los últimos minutos condenaron a los conquenses, pese a un gran trabajo durante gran parte del encuentro, y ambos equipos destacaron la entrega de los jugadores y el apoyo de la afición.
El Balonmano Cuenca cayó por 25-23 frente al BM Caserío Ciudad Real en un duelo intenso y lleno de emociones en el Quijote Arena, un escenario que tanto los jugadores como los aficionados recordarán. Tras el encuentro, los protagonistas valoraron el partido y compartieron sus impresiones sobre la actuación de sus equipos.
Nacho Pizarro, jugador del Balonmano Cuenca, reconoció la frustración tras el resultado, aunque destacó el buen nivel mostrado durante gran parte del encuentro: “Estamos jodidos, sí. Fue un partido… hicimos unos 40 minutos muy buenos y echamos a perder el trabajo los últimos 10 minutos en ataque. Regalamos posiciones, fallos que no podemos permitir”. Pizarro también elogió la actuación de jugadores veteranos del Caserío, como Fede, que a sus casi 40 años jugó durante los 60 minutos de manera impecable: “Lo que hacía toda la vida, hizo un partidazo”.
El jugador conquense también quiso destacar la mística de la cancha y el apoyo de la afición: “Esta pista tiene una mística increíble. Jugar acá con tanta gente es una locura. Nos hace recordar un poco lo que es el Sergal cuando está a tope. Felicitar a Ciudad Real por el partidazo que hicieron”.
Por su parte, Juan Manuel Lumbreras, del BM Caserío Ciudad Real, puso el acento en la intensidad y el esfuerzo de su equipo: “Hicimos un parcial de 5-0, clave para el resultado. La intensidad suple las carencias defensivas y el error se suple con más esfuerzo”. Lumbreras también tuvo palabras de elogio para el rival: “Dar la enhorabuena a Cuenca, que creo que va a estar arriba. Es un equipazo. Y a los Pizarro, porque son unos jugadorazos”.
El jugador del Caserío destacó además la importancia de la afición en la victoria: “La Grada es quien ha ganado el partido; sin ellos no seríamos nada”. Asimismo, subrayó la necesidad de seguir trabajando en equipo y mejorar en los momentos finales de los encuentros: “Esos cinco minutos de bajón nos condenan. Nuestros fuertes tienen que venir por defender y correr, y apoyarnos en la gente y en nuestra afición. Este es el camino, seguir creciendo con esta comunión”.