El cargador de ganado ovino de la
estación de Cuenca, una construcción rectangular de piedra con tres niveles destinada a facilitar la carga en los vagones de transporte de ganado, ha sido demolido recientemente, pasando a formar parte de la Lista Negra del Patrimonio por su pérdida y deterioro irreversible.
Este elemento formaba parte de un conjunto histórico vinculado a la estación, que incluye dos depósitos de agua elevados y un muelle de carga y descarga de mercancías, levantado probablemente alrededor de 1913. El cargador de ganado, construido en los años treinta tras la noticia de que la línea 310 se extendería hasta Utiel – Valencia —proyectada en los años ochenta del XIX e inaugurada en 1947—, constituía una de las pocas muestras de la industria del ganado ovino, uno de los pilares económicos históricos de Cuenca.
Los depósitos de agua, necesarios para el abastecimiento de las locomotoras de vapor, contaban con un sistema de presión natural o mediante bombas que garantizaba el suministro durante el funcionamiento de la línea. Por su parte, el muelle de carga, originalmente abierto, fue parcialmente cerrado con muros, puertas y ventanas, y se mantuvo en relativo buen estado, aunque con necesidad de limpieza y retirada de asbesto.
El cargador de ganado y el conjunto asociado mostraban un avance significativo de deterioro, con grafitis, oxidación de las armaduras metálicas y falta de mantenimiento, lo que sumado a la ausencia de protección legal específica, ha llevado a la demolición de este singular vestigio de la historia económica y ferroviaria de Cuenca.
Su desaparición supone la pérdida de un testimonio tangible de la industria ovina, que junto a la madera, constituyó uno de los motores económicos más relevantes de la ciudad en el siglo XX, dejando un vacío en el patrimonio industrial.