Tras el anuncio del pasado 18 de septiembre sobre los planes de ajuste en las plantas de Motilla del Palancar y el Centro Tecnológico de Valencia, Mahle ha iniciado un proceso formal de diálogo con los representantes de los trabajadores. La fase inicial se centra en el intercambio de información y en mantener un proceso transparente, con reuniones que, según la compañía, se están desarrollando de manera constructiva y colaborativa.
El objetivo del grupo negociador es encontrar soluciones justas y socialmente aceptables para las personas afectadas, mientras Mahle participa también en el grupo de trabajo para la reindustrialización impulsado por el Ministerio de Industria, junto con los gobiernos autonómicos de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana. Estas mesas buscan identificar oportunidades industriales alternativas que ayuden a mitigar el impacto del proceso de reestructuración.
Las instalaciones de Motilla y Valencia, parte del centro europeo de electromovilidad de la compañía, se han visto afectadas por la reducción de pedidos y el retraso en los proyectos de electrificación por parte de los fabricantes de vehículos. Ambos centros afrontan además el final de los ciclos de producto actuales, sin proyectos de sustitución a corto plazo, lo que ha provocado que las plantas operen por debajo de su capacidad.
Según la empresa, la decisión de ajustar la plantilla se tomó tras evaluar todas las alternativas posibles y en el contexto de un sector de la automoción marcado por la incertidumbre económica, la debilidad de los mercados globales, los aranceles y la ralentización de la movilidad eléctrica.
Mahle ha reiterado su compromiso de mantener y desarrollar la actividad del grupo en España a largo plazo, mientras continúa negociando con los representantes sindicales y explorando medidas para reducir el impacto de la reestructuración en sus trabajadores.
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