La formación sostiene que este modelo “no se ajusta a una ciudad de menos de 55.000 habitantes” y mantiene una estructura “menos democrática y eficiente”. Según Cuenca en Marcha, la aplicación de este régimen especial se aprobó hace más de dos décadas basándose en previsiones de crecimiento urbano y demográfico que nunca se cumplieron. “Cuenca es hoy la capital de provincia más pequeña del país que continúa sometida a este modelo pensado para grandes urbes”, destacan.
El concejal Pablo García subraya que uno de los efectos más negativos de este régimen es la reducción del papel del Pleno, considerado “el órgano democrático por excelencia del Ayuntamiento”:
“El Pleno es donde están representados todos los vecinos. Sin embargo, este régimen le quita competencias y se las entrega casi en exclusiva a Dolz y a su Junta de Gobierno. Esto no es sano para una ciudad como Cuenca.”
García añade que mantener este modelo dificulta la agilidad administrativa:
“Lo que proponemos no es una ocurrencia, sino una adaptación necesaria. Si Cuenca quiere ser una ciudad eficaz y con un gobierno municipal cercano, necesita una estructura acorde a su tamaño y a sus necesidades reales.”
Desde la confluencia recuerdan que los instrumentos de participación ciudadana que la ley prevé para grandes ciudades pueden desarrollarse igualmente dentro del régimen general mediante reglamentos municipales propios, sin necesidad de permanecer bajo el Título X de la Ley de Bases.
El concejal concluye que la propuesta busca mejorar la transparencia y el funcionamiento del Ayuntamiento:
“Esto va de sentido común. Cuenca necesita un Ayuntamiento más simple, menos costoso y más democrático. Estamos proponiendo dar un paso en esa dirección.”