María, nacida en 1920 en Balconete (Guadalajara), llegó a Buendía con solo catorce años para cuidar de su tía. Con el tiempo, junto a su esposo, fundó una panadería que regentó hasta pasada la década de los 90, convirtiéndose en un referente del pueblo. Su vida, marcada por el trabajo y la dedicación, ha dejado huella en varias generaciones de vecinos.
Durante el acto, el alcalde destacó que María “representa lo mejor del espíritu de Buendía: el esfuerzo constante, la humildad y esa alegría que ilumina la vida de quienes la rodean”. Martínez, que es su vecino “puerta con puerta”, compartió también una anécdota que provocó sonrisas entre los presentes: “Cuando estaba mi madre tenía con quién hablar, ahora dice que se aburre”.
A pesar de su avanzada edad, María sigue viviendo en su casa, sin necesidad de medicación ni residencia. Como muestra de su sorprendente vitalidad, recitó de memoria una extensa oración de Viernes Santo que conserva desde la infancia, dejando asombrados a todos los asistentes.
El homenaje concluyó con el soplado de las velas y un largo aplauso lleno de afecto, cerrando un día inolvidable para esta vecina centenaria que continúa siendo un ejemplo de vida y fortaleza para toda la comunidad.