El VIII INFORME FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en España que se ha presentado hoy en Toledo, es en palabras de Raúl Flores, secretario técnico de la Fundación de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA) y coordinador de Estudios de Cáritas Española, una muestra de cómo hemos afrontado en Castilla-La Mancha la salida de la crisis y cómo estamos reconstruyendo la sociedad. Este informe refleja una recuperación importante de la integración social, recuperando los niveles previos a la crisis. Sin embargo, nos alerta de la consolidación de dos situaciones que suponen sufrimiento y amenaza para una parte de la población, la consolidación de la exclusión social severa y la precariedad, que afecta a más población y más intensamente que antes de la crisis.
El Informe sobre Exclusión y Desarrollo Social en Castilla-La Mancha, según Raúl Flores, es un relato del momento de incertidumbre en el que nos encontramos, realizado al servicio de nuestros decisores políticos y de la sociedad en su conjunto. Una mirada a nuestra cohesión social que se retrotrae a cómo vivimos y reac-cionamos ante la gran recesión y cómo estamos enfocando la salida. Una historia que da cuenta de las consecuencias de la crisis en la postcrisis.
Raúl Flores señalaba en esta rueda de prensa que, este VIII informe FOESSA nos muestra un modelo de sociedad que no ha cambiado. Todos los análisis apuntan a que, en la última década, estamos viviendo las consecuencias del mismo modelo de desarrollo económico, social y antropológico, solo que las consecuencias de este modelo se manifiestan de forma diferencial en cada etapa que atravesamos.
Un modelo marcado por una debilidad distributiva, por sus dificultades para no dejar a nadie atrás, y en especial un modelo con serias dificultades para afrontar y mejorar la vida de los vulnerables, de aquellos que viven la precariedad, y de las personas excluidas, aquellos que hace que no consiguen salir del pozo de la exclusión.
La forma en que nuestro modelo está dando respuestas a estas dificultades, tanto en la época de crisis como ahora en la post crisis, nos indica de que probablemente estemos optando por dinámicas y actuaciones engañosos o de muy poca utilidad y calidad si los medimos desde el punto de vista del bien común.
El VIII Informe FOESSA consta de un informe global de la realidad del conjunto del estado y de 18 informes territoriales, entre otros el referido a Castilla-La Mancha.
La explicación detallada del Informe por parte de Raúl Flores se ha realizado compartiendo nueve imágenes, que están relacionadas con distintas áreas y dimensiones de la sociedad de Castilla-La Mancha:
1.La recuperación económica no se ha traducido en una mejora de las rentas más bajas
La renta media de la población de CLM se ha reducido en diez años en un 2%, pero quien más ha sufrido esta pérdida en la capacidad económica, ha sido el grupo poblacional con menos ingresos, que ha visto mermada su renta en un 17%. Se ha producido un proceso de acumulación de dificultades en las personas que se encuentran en la parte más crítica de la exclusión severa.
Junto a esta realidad puramente económica, se encuentra el análisis más amplio de la exclusión social, que nos arroja la imagen de 328.000 personas en exclusión social en Castilla-La Mancha, el 16,2% de la población de la región. Muchas de estas familias ya vivían en exclusión durante la crisis, algunas vienen sufriendo estas dificultades incluso en la época de bonanza económica previa a la crisis, y otras, las menos, llevan poco tiempo en esta situación de exclusión ya que han perdido el apoyo de los elementos compensadores que les permitían seguir a flote.
Esta población en exclusión es lo que denominamos la sociedad estancada, un grupo de personas para las que el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir siquiera a la primera planta.
Pero dentro de ella, existe un grupo especialmente vulnerable afectado por problemas de exclusión, que acumulan tantos problemas en la vida diaria que les impide tener un proyecto vital mínimamente estructurado, el 6,3%, que son 127.000 de personas en situación de exclusión social severa. Son el grupo sobre el que se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas. La vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su invisibilidad para los partidos políticos, entre otras.
Es un motor elemental de la desigualdad y un factor clave en las dinámicas de exclusión social. El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un derecho inaccesible para muchas familias, que sufren la inseguridad y la inadecuación de su hogar, y una influencia notable sobre los recursos económicos, sobre el estado de salud y sobre los proyectos vitales de los más jóvenes.
Las desventajas de las mujeres para vivir de forma integrada afectan a todas las dimensiones de la exclusión social, destacando la brecha de ingresos en el empleo y en las prestaciones, el mayor riesgo de empobrecimiento, su acceso más precario a la vivienda, las diferencias en el estado de salud y la mayor exposición a situaciones de aislamiento social.
La desigualdad generada por el acceso a los recursos sanitarios básicos que están fuera de la competencia de la sanidad pública refuerza el carácter de exclusión de la dimensión de la salud, con una especial incidencia entre las personas con discapacidad.
En el ámbito de la educación, se detectan dos elementos diferenciadores de la región, que generan un mayor riesgo de exclusión social, son los relacionados con:
Los ciudadanos de Castilla-La Mancha siguen apoyando el Estado de bienestar como mecanismo de protección social. Más que antes se pide al Estado que intervenga para conseguir una sociedad más igualitaria, para garantizar el derecho a la salud o a la educación y para protegernos de la pérdida de ingresos derivada de situaciones de vejez, enfermedad o desempleo. Los ciudadanos no consideran creíble el discurso sobre el «excesivo» gasto social.
A pesar de esta realidad, el gasto en prestaciones sociales en Castilla-La Mancha es notablemente inferior al del Estado, y en determinadas prestaciones destinadas a los más vulnerables, como es la renta mínima, la cobertura de la prestación es mínima, inferior al 10% de la población en pobreza severa, y la cuantía de las mismas continúa siendo insuficiente para garantizar unas condiciones de vida mínimas.
A pesar de la insuficiente inversión en políticas sociales, 4 de cada 10 personas en situación de exclusión han acudido a los servicios sociales públicos, y 3 de cada 10 personas han acudido a Cáritas, lo que hace que esta sea la primera entidad social de Castilla-La Mancha a la que acuden las personas vulnerables, después de los servicios sociales públicos.
Estos fenómenos devienen en una reducción intensa de la natalidad, un incremento progresivo de la necesidad de cuidados, siendo la familia hoy el centro bajo el que se sostienen los cuidados.
Los procesos de aumento de la esperanza de vida y la consiguiente longevidad, los cambios en las pautas reproductivas y, por último, las modificaciones en las estructuras de los hogares y en la organización de las familias han conllevado cambios significativos en el modelo de sociedad.
Ante todo este panorama la reacción de los ciudadanos en Castilla-La Mancha:
Raúl Flores explicaba todo ello con dos datos:
En palabras de don Braulio Rodríguez Plaza, Arzobispo de Toledo, este VIII Informe FOESSA, no es un añadido retórico a la acción sociocaritativa, sino parte esencial de la misma, que reconoce que la razón y la experiencia van de la mano y recordaba las palabras del Papa emérito Benedicto XVI en Caritas in veritatis, donde asegura que “no existe la inteligencia y después del amor: existe el amor rico en inteligancia y la inteligencia llena de amor”.
Don Braulio recordaba también, que la Iglesia, en su recorrido de acomapañamiento a las personas socialmente vulnerables, entiende que comprender la realidad es una dimensión básica de la caridad. Por esa razón, los estudios FOESSA son investigaciones rigurosas, coherentes y consistentes con la realidad.
Por su parte, el Presidente de Cáritas Regional de Castilla-La Mancha, Fernando Muñoz López, indicaba que los informes FOESSA, siempre han sido un instrumento necesario, y subrayaba la idea que éstos no nacen para analizar la realidad, sino que surgen con la intención de transformar la realidad.
Muñoz expresaba, que la realidad que nos muestra este VIII informe FOESSA es sumamente expresiva de nuestra situación. Estamos construyendo una sociedad desligada y desigual. Una sociedad con vínculos fragilizados en un entorno de crecimiento de las desigualdades. Llama la atención el preceso de fragmentación social que está teniendo lugar a costa del debilitamiento de los derechos sociales.
Continuó explicando, que el mayor interés de Cáritas Regional en Castilla-La Mancha, es que este informe sirva para que todos asumamos, en lo personal y comunitario, la cuota de responsaibilidad que tenemos en la construcción de soluciones y oportunidades. Y recordaba que ya Cáritas en estas últimas elecciones autonómicas y locales, envió a todos los partidos políticos el documento “Para una sociedad más justa. Propuestas políticas” en el que la Institución proponía cuestiones para generar una mejor calidad de vida entre las personas más empobrecidas.
Don Braulio Rodríguez Plaza cerraba la presentación del VIII informe FOESSA en Castilla-La Mancha agredeciendo la presencia de los medios de comunicación, de Fernando Muñoz y de Raúl Flores, y terminaba diciendo: “Que todos los datos que se nos han presentado hoy, nos ayuden a afrontar las encrucijadas a las que nos enfrentamos para empujarlas en la dirección de un mundo de más justicia, de más fraternidad, del que nadie quede excluido, como miembros de una misma familia humana”.