Naipes

Como inversiones son elecciones, los partidos mayoritarios han comprometido en campaña sendos Paradores de Turismo en Molina de Aragón (PSOE) y en Pastrana (PP). Una vez que Toledo, Albacete y Ciudad Real han tenido su momento de gloria, ahora parece que, por mor de la sociología electoral, le toca el turno de una buena mano de cartas a la provincia alcarreña.

Pero para Cuenca, en el origen fue el trasvase, que expropió a beneficio de otros territorios con supuesto mejor derecho el bien esencial que es el agua para una provincia agraria como la nuestra. Mal empezaba la partida.

Después fue la capitalidad de esta Comunidad Autónoma, pienso que debería haberse situado en Cuenca por muchas razones, la centralidad geográfica es una de ellas, pero tampoco es asunto menor la necesidad de apoyar el desarrollo de una provincia especialmente castigada por la emigración y con un tejido económico débil y en exceso dependiente del sector primario. Una provincia que precisamente por estar en el corazón de la región no podía beneficiarse del efecto expansivo que han recibido de Madrid las provincias de Toledo y Guadalajara.

Curioso que el corredor del Henares (más Madrid que Castilla la Mancha) haya sido determinante en el resultado de las elecciones autonómicas, mientras Cuenca parece la provincia transparente en esta región, con la que de nuevo se ha comprometido con tasas de participación en los comicios regionales muy por encima de la media.

Con la capitalidad se perdió también la universidad regional, que en lugar de tener su centro en Cuenca, con los años se ha extendido marginando a Cuenca.

Perder en Cuenca la línea de ferrocarril convencional en favor del trayecto por Albacete, y quedar fuera de la autovía Madrid-Valencia, fueron duros golpes para una provincia especialmente necesitada de desarrollo en el momento del salto al desarrollo, del país en general, y de la región en particular.

Visto que en Cuenca la baraja de la historia no está por repartir buenos naipes, vamos a pegarnos a Guadalajara, que parece que es lo que toca. Y esto me recuerda un proyecto que considero de especial importancia y largo recorrido para Cuenca.

Me refiero a un futuro Parque Nacional que abarque los actuales del Alto Tajo y Serranía de Cuenca, que incorpore también una parte de la provincia de Teruel, y que se configure como un destino de primer nivel para el turismo de interior en nuestro país.

Dentro de un proyecto de estas características, que además de la declaración de espacio protegido del máximo nivel debería incorporar un potente plan de inversiones en infraestructuras turísticas, el futuro Parador de Molina de Aragón sería un recurso más a sumar en un ambicioso programa de impulso al turismo en un triángulo privilegiado por la naturaleza, pero olvidado de la mano del hombre.

Jesús Neira Guzmán