El entrenador de la UB Conquense, Rober Gutiérrez, valoró la victoria por 2-0 frente al CF Fuenlabrada destacando la fortaleza defensiva, el esfuerzo colectivo y la madurez táctica de su equipo en un encuentro condicionado por las expulsiones. El técnico se mostró satisfecho con la reacción del bloque, el apoyo de la afición y el desempeño ofensivo previo a la doble roja, aunque mantuvo la prudencia respecto a la clasificación.
El entrenador de la UB Conquense, Rober Gutiérrez, analizó la victoria por 2-0 frente al CF Fuenlabrada en La Fuensanta, un duelo marcado por las expulsiones, el orden táctico y el buen hacer defensivo del conjunto blanquinegro. El técnico reconoció que el encuentro tuvo “un antes y un después” tras la doble expulsión, especialmente la de Iñaki, que volvió a igualar fuerzas cuando el Conquense parecía inclinar el partido a su favor.
Gutiérrez explicó que el planteamiento inicial ya buscaba un equipo “más ofensivo”, cambiando sistema y mentalidad tras el mal partido anterior en Quintanar del Rey. “Nos dejamos la vida en esto para encontrar las vías que más nos acerquen a ganar”, señaló. Apostó por un bloque 4-4-2 en defensa para robar y salir con jugadores de buen pie y amplitud en bandas, y por un sistema con tres atrás en fase ofensiva, opción que durante la primera parte generó varias llegadas claras.
El técnico admitió que la expulsión obligó a reajustar muchas cosas, pero elogió la respuesta de sus jugadores y el empuje de la afición: “Muy contento por el equipo, muy contento por la afición. Espero que hoy quemen Cuenca. Cuando la Balompédica gana, Cuenca entera tiene que sonreír”. También mostró su orgullo por la masa social creciente del club y por el compromiso del vestuario.
Gutiérrez reconoció que la segunda mitad estuvo muy abierta, con peligro del Fuenlabrada especialmente por la banda derecha, pero valoró que su equipo supo mantener la calma y no romper el plan: “El partido es muy largo. Sabíamos que si manteníamos la portería a cero íbamos a tener ocasiones muy claras”. El penalti transformado por Álvaro Sánchez y el tanto de Quique González terminaron decantando un choque que pudo caer de cualquier lado.
El técnico también dejó clara su satisfacción por el nivel defensivo del equipo: “Creo que son ya siete porterías a cero, una auténtica barbaridad”. Además, destacó el esfuerzo de todo el bloque en la presión, las ayudas y el repliegue, subrayando que “hay que tener el ojo educado para valorar eso”.
Sobre las expulsiones, admitió no haber visto la primera y consideró “probable” que llegara una compensación en la de Iñaki, aunque lamentó la roja a su preparador físico, de la que dijo no entender nada.
Respecto a las individualidades, elogió los partidos de Quique y Álvaro, insistiendo en que son futbolistas llamados a marcar diferencias: “Nos tienen que dar mucho y trabajamos para acercarlos más al área”. La mejora ofensiva en los minutos previos a las expulsiones también fue un aspecto que quiso resaltar.
Pese a alcanzar ya los 18 puntos y colocarse a solo uno del playoff, Gutiérrez se mostró prudente: “Aquí pierdes dos partidos y te vas abajo. Ganas dos y te metes arriba”. Con su habitual sinceridad, admitió que su carácter no le permite relajarse: “Soy un amargado. Mi miedo a perder no me deja disfrutar la victoria como debería. Ya estoy pensando en cómo meterle mano a Las Palmas”.