El Conquense salió derrotado en su segundo choque del 2022 ante el Villacañas. Un marcador final de 1-2 que fue muestra del gran hacer del equipo visitante. Los de Manolo Martínez no se sintieron cómodos en el verde y no fueron capaces de ponerse, en ningún momento del partido, por delante del marcador. Algo que le pasa factura al desaprovechar una oportunidad para seguir soñando por la parte alta.
Una tarde que empezaba cálida en La Fuensanta a pesar de la estación en la que se llevó a cabo el duelo entre la UB Conquense y el CD Villacañas. El duelo, correspondiente a la vigésima jornada de la Tercera División, tenía dos aspiraciones totalmente opuestas. El gran hacer durante la competición regular colocaba a los blanquinegros en la parte alta de la tabla, peleando por los puestos de promoción de ascenso. Por otro lado, los de rojo tenían la obligación de recuperar las buenas sensaciones para olvidarse de la zona del descenso.
Equipos distintos, objetivos distintos. Sin embargo, eran los dos consecuentes de la vitalidad de los tres puntos que estaban en juego desde el pitido del colegiado. Cuando se oyó en el estadio se vio un duelo duro. Muestra de ello fue la primera amonestación del partido que ocurrió antes del segundo minuto de juego.
Aunque ambos equipos gozaban de oportunidades para crear la primera diferencia en el electrónico, era el Villacañas quien tomaba protagonismo con el balón en su dominio. Se sentían cómodos en territorio rival. Esto obligaba a la balompédica a intentar sacarle el máximo jugo posible a cada posesión suya. La mayoría de las intentonas por parte de los de Manolo Martínez llegaba al contrataque.
La más clara fue segundos antes del final del primer periodo. Gabri, mediante una cabalgada por banda, asistió a Fran Oller que estaba en el punto de penalti. Este último tuvo en sus botas el 1-0, mas desaprovechó la ocasión fallando un disparo a bocajarro. La falta de goles de los primeros 45 minutos fue contrastada con la presencia de los mismo en la segunda parte.
Tras un aviso del Villacañas con un disparo desde la medialuna del área por parte de Mazzochi, este asistió con un pase entrelíneas para que Aitor Rubio mande el balón al fondo de la red con una vaselina por encima de Leyva. Su replica fue inmediata. Desde 56´ (minuto en el que llegó el 0-1) hasta el empate conquense solo habían pasado cuatro minutos. Marco fue el puñal por la derecha que asistió a Gabri, quien se reencontró con el gol. Desde el punto de penalti y al primer toque no le tembló el pulso para reestablecer las tablas en el partido.
El gol afectó de manera muy positiva a los locales. Eran ellos los que, con el paso de los minutos, sumaban papeletas para conseguir la victoria. Para su desgracia esto no pasó como esperaban. Lo que parecía una jugada corriente terminó siendo la piedra angular que marcó un antes y un después en el choque. Desde más de treinta metros, Pituli no dudó en comprar un boleto de lotería, el cual le dio el premio gordo a su equipo: el 1-2 en el marcador.
A partir de ahí, los balompédicos echaron toda la carne en el asador hasta el último momento. Con el tiempo reglamentario ya cumplido, Leyva se animó a subir a rematar en más de una jugada a balón parado. Estando la portería vacía, Mazzochi contratacó él solo en una jugada que acabó en una infracción en el área. Una pena máxima que él mismo desaprovechó mandando el balón al poste.
Consecuentemente, llegó el final del partido. La guerra de tres puntos vitales le da vida al equipo villacañero en su lucha por la permanencia. Mientras es el equipo de casa quien deja pasar una oportunidad más para acercarse a la parte alta de la clasificación.
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