En busca de pastores

Cuenca demanda mano de obra de pastoreo para dar respuesta a las necesidades de la provincia, afectada por la despoblación.

Así lo ha puesto de manifiesto este jueves José Carlos Jiménez, gestor de programas de inclusión de Acción Contra el Hambre en Castilla-La Mancha, que desarrolla junta con la Diputación provincial cursos de empleo para certificar personas que den respuesta a la demanda actual.

Según Jiménez, la carencia de pastores es algo que la provincia está padeciendo desde “hace años” y cada vez es más acuciante, dado que no hay relevo generacional, como así han puesto de manifiesto alguna ganaderías y denominaciones de origen de queso.

“Esa necesidad de mano de obra es muy patente”, ha señalado Jiménez, quien ha apuntado que para ser pastor ahora se requiere también dominar las nuevas tecnologías.

Precisamente, Acción Contra el Hambre desarrolla el programa Escuelas de Empleo, que el año pasado llevó a cabo acciones formativas en San Lorenzo de la Parrilla para auxiliares de atención sociosanitaria a personas dependientes y otro de auxiliar en ganadería en Santa María del Campo Rus, como han explicado en una rueda de prensa en la Diputación provincial.

La mitad de los treinta alumnos consiguieron un puesto de trabajo, como María Dolores Barber en Albadalejo del Cuende y Juani Gómez, en Casas de los Pinos.

Las Escuelas de Empleo tienen un presupuesto de 80.000 euros de los que la Diputación de Cuenca aporta 20.000 euros y el resto viene cofinanciado gracias al Fondo Social Europeo.

Según el presidente de la Diputación, Álvaro Martínez Chana, este programa continúa este año con dos cursos formativos de tractoristas, que serán impartidos en los municipios de Saelices y Carrascosa del Campo.

En el segundo semestre del año se está trabajando para desarrollar otra Escuela de Empleo sobre auxiliar en actividades ganaderas en la comarca de la Serranía conquense.

Para inscribirse es necesario presentar una situación de riesgo, así como otras características personales, familiares y económicas concebidas por el Fondo Social Europeo como criterios de vulnerabilidad.