Durante la campaña de invierno, Cruz Roja reforzará las medidas destinadas a paliar la pobreza energética en la provincia en el marco de sus proyectos de apoyo a las familias y colectivos más vulnerables.
Entre las medidas que, desde este mes de octubre hasta el mes de abril de 2024, llevará a cabo la Organización están las de formar a un total de 700 familias vulnerables en medidas de ahorro energético, entregar ropa de abrigo para el hogar y a menores, plantear el cambio de electrodomésticos en mal estado y abordar rehabilitaciones en viviendas con importantes fallos de aislamiento, humedades o cierres ineficientes.
Los resultados extraídos de un estudio realizado a las familias atendidas durante 2022 a través de sus programas para paliar la pobreza energética constatan la necesidad de seguir apoyando a las familias en situación de pobreza energética.
Según dicho estudio, el 72% de las familias atendidas por Cruz Roja no pueden mantener la temperatura adecuada en algún momento del año bien por mal equipamiento o estado de vivienda o electrodomésticos en mal estado, careciendo un 22% de sistemas de calefacción, algo que, junto a su falta de información o formación para entender la factura eléctrica, cambiar a un mejor contrato, solicitar el bono social y/o aplicar medidas de ahorro en el hogar, supone una pérdida media de unos 333 euros al año, cantidad que equivale a un 34% de su consumo medio.
Es el caso de Verónica Solera, única cabeza de una familia y madre de tres menores de 15, 10 y 6 años, que debido a la falta de ingresos empezó a tener dificultades para hacer frente a la cesta de la compra, el pago de las facturas energéticas y mantener la casa caliente por el mal estado de la vivienda. Gracias a los proyectos de lucha contra la pobreza energética de Cruz Roja no solo se ha mejorado el confort energético de la vivienda donde vive Verónica con tres hijos menores gracias a la instalación de una estufa de pellet y el arreglo de desperfectos en el tejado, sino que también ha reducido su consumo en base al asesoramiento recibido sobre las condiciones de su contrato energético, la tramitación del bono social y la adquisición de hábitos de eficiencia energética y un kit de ahorro durante su asistencia a los talleres formativos. “No puedo describir con palabras la alegría que sentí cuando llegó la estufa de pellet a casa, tener la seguridad de que este invierno mis hijos no van a pasar frio en casa, sin el miedo a no poder asumir la factura..., no puedo expresar con palabras lo que eso supone para mí”, añade Verónica.
Cruz Roja apoya a las familias en situación de pobreza energética a través de tres vías principales: el asesoramiento y acompañamiento personalizado, para conseguir ahorros y mejorar su bienestar; la formación, capacitación y empoderamiento a través de talleres, que les ayuden a entender conceptos, situaciones, o les informen sobre sus derechos como consumidores para que tomen decisiones al respecto; y las mejoras en las viviendas, donde el equipamiento disponible en los hogares, donde viven familias en situación de pobreza energética, es deficiente y las rehabilitaciones en las viviendas, imprescindibles.
Con estas medidas además de la reducción del consumo y la mejora del confort, también se mejoran los datos de emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático que afecta directamente al bienestar de las personas con grandes desastres naturales como olas de calor, frío, o DANAs.
Por otro lado, recordar que Cruz Roja gestiona la tramitación de las ayudas que otorga el Gobierno de Castilla-La Mancha a las familias que no pueden hacer frente al pago de la factura energética.
Principales datos extraídos del estudio sobre Pobreza Energética
Del estudio realizado a en relación a los proyectos de Lucha contra la Pobreza Energética ejecutados durante 2022 se deprende que, al igual que muestran los datos analizados en años anteriores, que la problemática de la pobreza energética sigue siendo un problema estructural que impacta en mayor medida a mujeres y menores, el 35% de las personas beneficiarias de la ayuda son mujeres y el 30% menores, destacando el alto número de familias monoparentales que las solicitan, suponen un 22% del total.
Sigue sorprendiendo el alto porcentaje de personas que, pese a tener derecho, no perciben el bono social, un dato que se sufre un ligero aumento frente al año pasado, llegando a alcanzar el 70% de las personas atendidas por la Organización Humanitaria. Detrás de esta problemática se esconden temas regulatorios como que muchas familias en situación de pobreza energética viven de alquiler, y por tanto no son titulares de los contratos de suministro eléctrico, por lo que no pueden solicitar la ayuda.
Por otro lado, si bien la mayoría de las familias han realizado o están en proceso de realizar cambios en la mejora de los contratos para rebajar el precio de sus facturas, existe un 30% que no lo ha hecho y que necesita de un acompañamiento personal para mejorar dichas condiciones.
Otro dato relevante es que en el 87% de los casos, los usuarios y usuarias de Cruz Roja no entienden la factura eléctrica, lo que les impide reclamar o solicitar las ayudas correspondientes.
La falta de equipamiento y tecnología en las viviendas (un 21% menor que el consumo medio nacional en los casos en esta situación) y un equipamiento más ineficiente, como frigoríficos en mal estado (38% de las viviendas) o luminarias de tecnología que no es LED (75% de las viviendas), provoca que el consumo medio de muchas de estas familias sea muy superior al deseable.
Algo que incide directamente en la temperatura ambiente de la vivienda que aseguraría su confort: un 72% de las familias atendidas por Cruz Roja no pueden mantener la temperatura adecuada en algún momento del año (ha bajado en un 3% frente a 2021), ya sea verano y/o invierno. Un dato que en el conjunto de la sociedad española se sitúa en un 14.3%, 57.7 puntos porcentuales por debajo de las vulnerabilidades de las familias usuarias de Cruz Roja.
No poder mantener la temperatura adecuada en la vivienda en invierno está relacionado tanto con la calidad del edificio en el que residen (fallos de aislamiento, humedades, cierres ineficientes…), tanto con el acceso a sistema de calefacción. En este último punto es donde un 22% de las familias usuarias de Cruz Roja no disponen de ningún sistema de calefacción, frente al 10% del conjunto de la población nacional.
El estudio concluye que un 54% de las familias atendidas disminuyen su consumo eléctrico tras pasar por la formación de los talleres y otros proyectos de lucha contra la pobreza energética.
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