Las Doctoras Laura Lara y María Lara son Profesoras de la UDIMA, escritoras y comunicadoras en radio y televisión. Son Embajadoras de la Marca Ejército (Ejército de Tierra) e Historiadoras del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y del Espacio. Académicas de la Televisión, son entrevistadas como expertas en Casas Reales en Audiencia Abierta (La 1 y Canal 24 Horas de TVE), así como analizan las proclamaciones de la mayoría de edad en los herederos al trono en la Historia de España en el especial de Informe Semanal “El camino de una reina”, emitido con motivo del 18ª cumpleaños de la Princesa Leonor. En “La aventura del saber” (La 2 de TVE) han realizado la serie “Monarquías”, explicando con rigor histórico y tono ameno la Historia del mundo a través de sus dinastías. Están en posesión del Primer Premio Nacional de Fin de Carrera (Ministerio de Educación, Gobierno de España), del Premio Uno de la Universidad de Alcalá y del Premio Algaba (concedido por El Corte Inglés y la editorial Edaf), entre otros galardones. Son Hijas Predilectas de Castilla-La Mancha.
En vuestra opinión, ¿cuál es el papel que cumple la monarquía en Europa en los países donde aún se conserva esta forma de Estado?
En Princesas en Jeans contamos que, según datos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, 25 países se definen como monarquía y otros 15 forman parte de la Commonwealth, el grupo de naciones vinculado por lazos históricos con las Islas Británicas. Asimismo, la CIA diferencia tipos de monarquías: absolutas, sultanatos, emiratos, constitucionales y parlamentarias.
En el recuento actual, hay regímenes absolutos como Arabia Saudí, donde la transmisión de la autoridad es hereditaria, si bien un decreto de 2006 estableció que, en el futuro, el rey sería seleccionado por un comité de príncipes sauditas. Por su parte, en Marruecos, el rey Mohamed VI redujo sus poderes después de la primavera árabe de 2011 y reformó el gobierno para avanzar hacia una monarquía constitucional, por lo que ya no puede disolver el parlamento según su voluntad.
En el África meridional, en Suazilandia el título oficial del soberano es Ngwenyama (“león”), y en Indonesia, en la isla de Buton se habla del “rey dragón”. En el sudeste asiático, en Brunéi, el sultán habita en un palacio con 1.800 habitaciones, siendo la residencia privada más grande del mundo.
En el siglo XXI, en un mundo en el que se avanza hacia la igualdad de oportunidades, garantizando idénticos derechos y deberes a todos los ciudadanos, cabría preguntarnos qué papel juega la monarquía en Europa, que es el ámbito en el que en este libro nos centraremos. Entendemos su misión en tiempos marcados por el signo de la guerra, cuando era preciso escuchar a un líder, llamémoslo lugarteniente o soberano que, a través de su carisma o del apoyo de sus legiones, se ganaba el trono. Mas en el Viejo Continente hoy se cuentan 12 casas reinantes mientras que se predica por doquier la paz como pilar básico, pues sin este fundamento resultaría una falacia hablar del Estado del bienestar.
“Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento”. Con esta reflexión, Montesquieu hacía referencia a la guerra y la conspiración como mal endémico de las sociedades, pero hoy, en el siglo XXI, aparte de su rol institucional, la monarquía es una fuente de atracción de miradas. A menudo, la realeza ejerce de escaparate del país, más allá de por su actividad por el interés que suscita la vida privada.
Como decimos, actualmente en Europa hay doce monarquías vigentes. Ocho sistemas parlamentarios: Reino Unido, España, Noruega, Suecia, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Luxemburgo. Tres microestados con la forma de principado: Liechtenstein, Mónaco y Andorra. Y una monarquía electiva teocrática (Ciudad de El Vaticano).
¿Se podría calificar al Vaticano como la última monarquía absoluta en Europa? ¿Su papel sería más bien simbólico o de alguna manera sigue rigiendo el destino de la cristiandad?
El papado constituye una jefatura de Estado bajo la fórmula de monarquía aunque prime el liderazgo espiritual sobre el funcionamiento gubernamental. Según cómo se mire puede interpretarse el tema de la monarquía absoluta en El Vaticano. Por un lado, podemos pensar que el papa es el rey absoluto de la Ciudad de El Vaticano: asume el testigo de Pedro en la Tierra, tiene las llaves de la catolicidad, es monarca. Su reino es de este mundo, aunque deba mirar hacia la ciudad de Dios. Y tiene en sus manos el poder del dogma.
Por otra parte, se puede argumentar que la monarquía vaticana es la más democrática de cuantas existen en nuestros días en el mundo puesto que el colegio cardenalicio elige al papa en cónclave por medio de votación secreta cuando el pontífice anterior ha fallecido o abdicado, como el reciente caso de Benedicto XVI.
La Santa Sede refleja la supervivencia del modelo de ciudades-Estado del Medievo. Es el país más pequeño del mundo, con apenas 44 hectáreas de terreno -menos de la mitad del parque de El Retiro de Madrid– y, sin embargo, El Vaticano es uno de los territorios más influyentes del planeta.
¿Cuál fue la trascendencia del longevo reinado de la reina Isabel II? ¿Estará a la altura de su predecesora su sucesor Carlos III?
El 9 de septiembre de 2022, a las pocas horas de la muerte de Isabel II, The Daily Telegraph recogió en portada una cita atribuida a la difunta: "El dolor es el precio que pagamos por amar". Ese día quedamos todos conmocionados, aunque no fuéramos británicos. Parecía increíble que hubiera fallecido la reina que conocieron nuestros bisabuelos, nuestros abuelos, nuestros padres, nuestros hijos, nuestros sobrinos y nosotras mismas… Fue la primera soberana que envió un correo electrónico, lo hizo en 1976. Y la Casa Real británica fue también la pionera en abrir una página web, en 1997. Estuvo a la última en las tecnologías, también en conducir vehículos pesados, durante la Segunda Guerra Mundial, y en dar ejemplo de estoicismo incluso en los peores momentos de popularidad de la Casa Real debido a asuntos personales de sus hijos. Isabel II se mantuvo en el trono 70 años y con buena salud. Su hijo, Carlos III, lleva un año y medio de reinado y ya han saltado las alarmas a partir del comunicado de Buckingham, emitido en estos inicios de febrero, de que tiene cáncer y cancela su agenda. Como príncipe de Gales ya se preocupó por las causas humanitarias y medioambientales, lo sigue haciendo ahora como rey tratando de modernizar la institución, junto con su esposa, la reina Camila, que ostenta este título a diferencia de su padre, esposo de Isabel II, el cual fue príncipe o duque de Edimburgo pero no rey.
¿Qué significado va a tener la reciente abdicación de otra gran veterana, la reina Margarita II de Dinamarca?
La abdicación de Margarita II que tuvo lugar en Copenhague el 14 de enero de 2024 ha venido a marcar el relevo generacional en el trono danés. En el presente, Federico X y su esposa son la cara visible de la realeza danesa, de hecho Mary Donaldson es la primera reina en un trono europeo que procede de Australia. Se pensaba que Margarita II iba a mantenerse en el poder como Isabel II sin abdicar, sin embargo, no ha sido así, la decisión llegó por sorpresa en el mensaje del último día del año 2023. Actualmente, en las monarquías europeas solo quedan de la generación “emérita” como titulares de la corona Harald V de Noruega (nacido en 1937) y Sonia, y Carlos XVI Gustavo de Suecia (nacido en 1946) y Silvia, además del príncipe Juan Adán II (nacido en 1945) de Liechtenstein, viudo. Se da la circunstancia de que también Federico X es jefe de la Iglesia Danesa, igual que lo es de la británica Carlos III. Hasta 2012, en que cambió la vinculación también lo fue Harald en relación a la Iglesia noruega.
En España, si las circunstancias así lo desean, Leonor se convertirá en la siguiente reina. ¿Tendría mucho recorrido una III República en España u hoy por hoy es preferible la opción de la monarquía?
España ha tenido 2 experiencias republicanas: en 1873 y en 1931-1939 (incluyendo el intervalo de la Guerra Civil), y ninguna de las dos opciones duró en el tiempo. Con esto no queremos decir que la República sea una forma de Estado que no encaje con España pero es cierto que la monarquía se presenta en nuestra nación como garante de la democracia. La princesa Leonor, heredera al trono que juró la Constitución al cumplir la mayoría de edad el 31 de octubre de 2023, está siguiendo el excelente ejemplo de Felipe VI, en cuanto a formación castrense y civil, de hecho es la única heredera al trono en Europa que va a realizar sin resumir la misma formación militar de 3 años que hizo su padre.
La princesa Leonor en la jura de la Constitución. Fuente: RTVE.es
Ya fuera del continente europeo, tenemos a Japón, una monarquía de tradición milenaria. ¿Marcó un antes y un después el final de la Segunda Guerra Mundial en la concepción de los emperadores? ¿Sigue su respeto intacto?
Hasta hace menos de un siglo el emperador de Japón, además del máximo gobernante del archipiélago, era una especie de sumo sacerdote, mediador entre la divinidad y el pueblo. Tras la derrota nipona en la Segunda Guerra Mundial, en la Constitución se le da un papel diferente al emperador, como símbolo del Estado y de la unidad de la nación, pero a nivel ceremonial.
Después de mantenerse durante centurias en el feudalismo, en el siglo XIX Japón inició con celeridad la industrialización, fue la potencia con mayor desarrollo de Asia hacia 1900 y, tras el ataque a la base aeronaval de Pearl Harbor, se sumó a la Segunda Guerra Mundial en el bando de las potencias del Eje, sufriendo en agosto de 1945 el terrible ataque de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki. La declaración de Potsdam, en su artículo 9, hizo a Japón renunciar a tener un Ejército y se habla de los 20 redactores secretos de USA que se encargaron de redactar la nueva Constitución de 1947, definida como la “Constitución de la Paz”, pues todavía hoy no se habla de ejército en Japón, sino de Fuerzas Terrestre, Marítima y Aérea de Autodefensa.
No obstante, Japón confirma que, en ocasiones, la historia no supone evolución sino involución pues, hasta finales del siglo XIX, las mujeres pudieron ser emperatrices, eso sí, siempre que se casaran con uno de los miembros de la familia imperial o que se quedaran solteras. Por ello, ha habido 5 emperatrices titulares. Sin embargo, desde la Ley de Sucesión de 1947 las mujeres solo pueden llegar a ser emperatrices si no hay ningún pariente varón a su alrededor.
Desde 1947 el sufragio universal está garantizado para los mayores de 20 años. Sin embargo, es lamentable que una sociedad tan desarrollada en lo tecnológico mantenga la desigualdad entre hombres y mujeres. En la Dieta solo un 10% de los escaños son ocupados por señoras. Sin embargo, Japón sigue activando en su justicia medidas drásticas como la pena capital. La llegada al trono se hace por vía masculina, no femenina. El actual emperador, Naruhito, ascendió al Trono del Crisantemo en 2019.
El padre de Naruhito, Akihito, fue el primer emperador japonés en abdicar en más de 200 años. Su madre, la emperatriz emérita Michiko, fue la primera mujer no perteneciente a la nobleza que accedió a la Familia y, se cuenta que entre sus primeros deseo está que pidió que le instalaran una cocina en el palacio para preparar platos para sus hijos. La emperatriz Masako, esposa de Naruhito, lleva 2 décadas atravesando “trastorno de adaptación”, posiblemente la causas de la ansiedad pudo ser la presión para que tuviera un hijo varón. El 1 de diciembre de 2001 Masako y Naruhito fueron padres, al nacer la princesa Aiko. No obstante, como el trono imperial está vedado a las mujeres la línea sucesoria continúa con el tío de Aiko, el príncipe Fumihito, o su primo, el príncipe Hisahito, nacido en 2006.
Si (
No(
