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Adiós ferrocarril, adiós

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
sábado 17 de marzo de 2012, 00:01h

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He escrito tantas veces sobre la necesidad y justificación de inversiones en la línea de ferrocarril convencional Madrid-Cuenca-Valencia que, ante la cruel e inamovible realidad, últimamente me ha dado por pedir su cierre inmediato y conversión en Vía Verde.

No es que tire la toalla, es que ya me he cansado de que me tomen el pelo con este asunto. Afirmo, y a los hechos y hemerotecas me remito, que desde que se decidió sacrificar la línea de Cuenca en favor de la de Albacete, la suerte estaba echada, y la sentencia por la que ahora cumplimos condena, escrita. Lo más lamentable a mi entender ha sido el escarnio del engaño en estos años de sucesivos gobiernos de uno u otro color. Sucesivas plataformas en defensa de una entelequia, sucesivas preguntas parlamentarias, sucesivas declaraciones de los Ministros/as de Fomento, ríos de tinta que han formado una riada que ha arrastrado la credibilidad de las instituciones y la dignidad de esta tierra.


Lo único que no encajaba en este escenario era que la vía convencional no hubiera sido cancelada una vez entró en funcionamiento el Ave por Cuenca, antes al contrario, se han realizado actuaciones de mantenimiento que no son de fácil explicación en un contexto de cierre ordenado de la línea.

Pero todo llega en esta vida, y es así que la última pieza del mosaico del ferrocarril de Cuenca también se ha colocado en su sitio. La línea convencional no se ha cerrado, y recibe un mantenimiento de mínimos, porque es necesaria para el transporte de mercancías peligrosas en general, y de residuos radiactivos de alta actividad en particular.

No hace muchos días que los ingenieros de Enresa explicaron los protocolos y los sistemas de seguridad para el transporte de los contendores hasta Villar de Cañas, tanto por carretera como por ferrocarril. Los estudios de la propia empresa prevén de hecho un sistema mixto de transporte tren-carretera como la opción más eficiente.

Por otra parte, en recientes declaraciones de la Ministra de Fomento, hemos sabido que la línea de Cuenca se incluye en la Red Global, nombre rimbombante para referirse a la red complementaria de la principal, que es la Red Básica. Porque lo he leído atentamente, que si no hubiera pensado que la primera era más importante que la segunda.

También ha expresado la Ministra Pastor su intención de garantizar el mantenimiento de esta infraestructura. El mantenimiento que permita, hemos de entender, el transporte de graneles o bidones de residuos en grandes convoyes de velocidad lenta, que no las inversiones, mucho más cuantiosas, para la adecuación de la línea a nuevos usos.

Todo lo cual explica y confirma que no se van a realizar las inversiones que la línea exige para el transporte “tren-carretera-puerto” de contenedores (no de residuos, de los otros), y mucho menos se va a invertir en centros logísticos o en acondicionar la vía para un transporte de viajeros medianamente digno (tipo Alaris o Alvia), que ni lo es ahora ni, por lo que vemos, lo va a ser nunca.

Por eso, el que suscribe, ante tanta y tan consistente acumulación de evidencias, no da nada por perdido, pero no por ello deja de reconocer que lo está, que nos lo pueden decir más alto, pero no más claro.

Como mal menor, pienso que Cuenca debe exigir el cierre de una línea que expropia su territorio para usos ajenos a su interés, y su conversión en Vía Verde, de modo y manera que, haciendo de la necesidad (que es mucha) virtud, podamos sacar algún partido a esta infraestructura, convirtiéndola en activo para el turismo rural y en la naturaleza.

Por otra parte, si asumimos que Adif necesita la línea para sus negocios, exigir su cierre no deja de ser una forma de presión que conceda alguna posibilidad, que ahora no la tiene, a la opción de inversiones en adecuación y recuperación de la línea.

 

 

Jesús Neira Guzmán

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