Mientras el candidato Rubalcaba llevaba tiempo intentando capear la crisis para que afectase lo menos posible a los ciudadanos y aguantando el chaparrón de críticas y números por el bien de España, Rajoy acusaba, denostaba y no dudaba en poner en cuestión al país con tal de poner en cuestión al Gobierno, diciendo por ejemplo que vivíamos en un “estado policial” (por la investigación de los jueces a la trama Gürtel) y recurriendo leyes al Tribunal Constitucional (como la que permite el matrimonio homosexual o la de Igualdad); en definitiva, crispando y poniendo en la cabeza de los españoles una visión apocalíptica del futuro porque su “magnífico” partido no estaba en el Gobierno. Él, por su parte, aseguraba ser la garantía para ganar confianza e incluso utilizó a los parados prometiendo empleo para todos; en resumen y con palabras textuales suyas, llevaría a cabo una política “como Dios manda” si llegaba a la Moncloa, de forma que no le importaba hundir el edificio con tal de quedarse con el solar.
En campaña, mientras el candidato socialista pidió un esfuerzo diciendo que subiría y crearía nuevos impuestos (como por ejemplo al tabaco y al alcohol, a las grandes fortunas o a la banca) para mantener las coberturas sociales a parados, la sanidad, etc. porque la situación lo requería y que con ello se mantendría la cohesión social, que es lo que al Estado compete, el candidato ‘popular’ prometió empleo y crecimiento, e incluso bajar los impuestos de confianza; en definitiva, el paraíso terrenal.
Y tras diez días en el poder, anuncia una subida brutal de impuestos y el mayor recorte en gasto de la Historia. Por cierto que no quiero que se me confunda, pues si con esta subida se garantizasen los servicios básicos, sería otra cosa; el problema es que a la vez que los ciudadanos tienen que pagar más impuestos, se está recortando brutalmente en la sanidad, la educación y los servicios sociales públicos, dinamitando con ello nuestro Estado de Bienestar.
Pero es que además estoy en contra de que se engañe a los españoles como ha hecho el señor Rajoy, prometiendo el oro y el moro sabiendo que no era posible, porque eso tiene una sola palabra que lo califique, MENTIR, encima escudándose en la desviación del déficit, cuando corresponde a las Comunidades Autónomas, las cuales están siendo gobernadas en su mayoría por el PP, de manera que ya conocían el dato de antemano y, por tanto, mintieron a sabiendas a los españoles.
Pero las mentiras tienen las patas muy cortas, y tiene narices que después de dos derrotas hayamos elegido al presidente más cobarde, que menos da la cara de la Historia, cuando lo que hace falta es valor y coraje. A pesar de ello y de las pésimas medidas que está tomando, ojalá superemos esta crisis internacional y mejore la situación por todas las personas que lo están pasando mal, porque a diferencia de la derecha, deseo lo mejor al país gobierne quien gobierne y no sólo cuando gobiernan los míos, como hace el PP, que se da golpes en el pecho gritando “viva España” y paseando la bandera, pero no duda en desprestigiar lo que haga falta cuando no está gobernando; porque eso es ser patriotas de hojalata.
Borja del Hoyo Herráiz
Juventudes Socialistas de Cuenca
Si (
No(
