El pasado jueves, vivimos un espectáculo bochornoso en el Pleno de las Cortes de Castilla-La Mancha. El Partido Popular, el mismo que se autoproclama alternativa de gobierno, decidió saltearse a la torera las normas de la Cámara y montar un “show”, mostrando pancartas contra el presidente regional, José María Barreda.
Como ya declaró el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Molina, las exposiciones de los diputados de una y otra bancada pueden apoyarse con material extra en cualquier tipo de soporte pero esa posibilidad nada tiene que ver con la “bufonada” del PP.
Se percibe, en la actitud del los parlamentarios del PP, que están nerviosos, seguramente por la proximidad de las Elecciones Autonómicas, pero eso no justifica este comportamiento que, dicho sea de paso, no se hubiera producido nunca si el PP fuera mayoría en la Cámara porque allí donde se da está circunstancia se ha desalojado a gente por menos.
Es intolerable este desprecio a las instituciones democráticas y es intolerable también que la presidenta regional del PP, María Dolores de Cospedal, consienta esa actitud por parte de sus parlamentarios. Haciéndolo, Cospedal deja clara cuál es su “casta política”, que está muy lejos de ser la de una gobernante.
En las Cortes de Castilla-La Mancha están legítimamente representados todos y cada uno de los ciudadanos de esta región y faltar el respeto a la Cámara es faltarle el respeto a todos ellos.
Es bochornoso ver a un grupo de “representantes de los ciudadanos” agitar pancartas en un foro donde no sólo tienen la oportunidad de expresarse y dirigirse a la ciudadanía libremente (cosa que lamentablemente no pueden hacer muchas personas) sino que tienen el deber de hacerlo en defensa de los intereses de sus paisanos. ¿A qué viene entonces esta pantomima?
Está claro que detrás de todo planea la cita electoral del 22 de mayo y el nerviosismo de los “populares”, que no terminan de creer en su candidata a media jornada.
Angustias Alcázar
Diputada regional del PSOE por Cuenca
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