Durante su intervención en el debate de toma en consideración del nuevo
Estatuto,
García-Page ha subrayado que este proyecto “o era de consenso o no era”, y ha puesto en valor que el acuerdo alcanzado entre los principales partidos de la comunidad —PSOE y PP— refleja la madurez institucional de Castilla-La Mancha.
“El Estado de las autonomías no vino para hacer ni más grande ni más pequeña a España, vino simplemente para hacerla mejor, y con este Estatuto creemos que contribuimos a ese gran objetivo”, ha afirmado el presidente regional desde la tribuna del Congreso. En este sentido, ha señalado que se trata de “un proyecto plenamente leal al texto, al fondo y al espíritu de la Constitución”, al igual que “toda la andadura autonómica” de la región.
García-Page ha considerado este día como “importante para Castilla-La Mancha”, al tiempo que ha reivindicado que la comunidad “se ha consolidado como un hecho irreversible en el sentimiento y en el corazón de la gente”. Además, ha valorado que la tramitación parlamentaria de esta reforma permitirá “elevar al máximo rango legal el blindaje del estado del bienestar que durante estos últimos 40 años hemos ido construyendo”.
Con “una convicción profunda de sentimiento autonomista”, el jefe del Ejecutivo autonómico ha defendido que el Estado de las autonomías “ha sido notablemente positivo para España”, ya que ha aportado “una mezcla preciosa de diversidad que alimenta y enriquece el crecimiento, y unidad en lo esencial: la igualdad en los grandes servicios públicos”.
Junto a García-Page, han intervenido en el debate las diputadas regionales Ana Isabel Abengózar (PSOE) y Francisco Núñez (PP), como comisionados designados para la defensa de la propuesta. También han asistido el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Pablo Bellido; el vicepresidente primero de la Junta, José Luis Martínez Guijarro; y la consejera portavoz del Gobierno regional, Esther Padilla, entre otras autoridades.