La “Plataforma de Afectados por la Subestación” de El Pedernoso (“Asociación de Mujeres El Pedernal”, “MTB Los Pancines” y “Ecologistas en Acción de Cuenca”) no ocultan la satisfacción por este fallo. Pero al mismo tiempo se sienten indignados por 4 años de ruidos, vibraciones y radiaciones electromagnéticas causadas por la ampliación de una instalación industrial propiedad de Iberdrola a la puerta de su casa, la falta de sensibilidad de la multinacional eléctrica y el desamparo del ayuntamiento de El Pedernoso.
La Sección 1ª de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ubicado en Albacete, en su fallo [1], desestima en todos y cada uno de sus términos el recurso de apelación presentado por Iberdrola y por tanto, da la razón a los vecinos de la localidad manchega. La sentencia (que no es firme pues Iberdrola podría recurrirla ante Supremo), reconoce que día a día los afectados reciben dosis excesivas de ruidos y condena a Iberdrola a poner medios físicos que mitiguen los efectos a su salud.
Como en la sentencia anterior de 2018 del juzgado de Cuenca, se relatan unos hechos en los que, sorprendentemente, el ayuntamiento de El Pedernoso (con su alcaldesa Ana Cantarero a la cabeza), actúa una y otra vez a favor de Iberdrola, en vez de defender a los vecinos perjudicados por la subestación.
Hay que recordar que los afectados recurrieron por vía administrativa en septiembre de 2016 ante el ayuntamiento de El Pedernoso, que no admitió las medidas cautelares y dejó agotar los 3 meses de plazo legal para responder al recurso. Esos 3 meses fueron utilizados por Iberdrola para llevar a cabo la obra recurrida, trabajando en varios turnos, incluidos los fines de semana, para terminar la obra antes de resolver el recurso. Finalmente, cuando la obra estuvo terminada, el ayuntamiento denegó el recurso.
Esta situación tan escandalosa, fue recogida por RTVE en la entrega denominada “La guerra de las ondas” (10:15 – 14:10) del programa Repor, emitida en octubre de 2016. En esa ocasión, se entrevistó a la teniente de alcalde Reyes Lillo García, responsable del área de urbanismo, que afirmó ante las cámaras y en dos ocasiones “no he visto el proyecto” refiriéndose al proyecto de ampliación de la subestación, motivo de la polémica. Dándose la circunstancia que ella misma, junto con el resto del equipo de gobierno, había aprobado la ampliación de la subestación.
Todo esto abocó a vecinos y ecologistas a acudir a la justicia, lo cual les ha supuesto un importante quebranto económico, pues entre abogados, procuradores y peritos, han tenido que desembolsar 5.950 Euros
Para Vicente Romero (portavoz de la Plataforma de Afectados por la Subestación): “Aunque tarde, una vez más la justicia nos da la razón, estamos muy contentos, pero también muy disgustados por la actuación de Iberdrola, que ha hecho todo lo posible para eludir sus obligaciones con los vecinos. También nos sentimos engañados, por la Alcaldesa, que nos prometió oponerse a la subestación y en vez de eso ha estado permanentemente del lado de los intereses de Iberdrola.”
“Los 4 años y varios miles de Euros que hemos tenido que gastar de nuestros bolsillos para conseguir que Iberdrola ponga unas simples pantallas acústicas, demuestran la insensibilidad de esta empresa pues para sus presupuestos millonarios, unas pantallas no son más que migajas.”
“Ahora nos queda esperar, pues la sentencia no es firme y dados los antecedentes no descartamos que Iberdrola acuda al Supremo. En caso de que la eléctrica no recurra, nos tememos que no pondrá las pantallas voluntariamente y tendremos que solicitar la ejecución de sentencia, lo cual supondrá nuevos honorarios para un letrado y un procurador. En definitiva, a día de hoy no sabemos cuándo conseguiremos que pongan las dichosas pantallas.”
“Si nuestro ayuntamiento hubiera estado de nuestro lado (como es su obligación), hace años que tendríamos las pantallas y nos habríamos ahorrado tiempo, dinero, molestias y un enorme disgusto. Pero la señora Cantarero no nos ha pedido disculpas y ni siquiera se ha dirigido a nosotros desde la primera sentencia.” Ha concluido Vicente.
Para Constanza Rizosa, una de las vecinas afectadas: “Después de cuatro años y de poner dinero, estamos igual que antes: no podemos hacer vida normal por el ruido y la intranquilidad de no saber si los enfermos de nuestro barrio se deben a la subestación. Al menos, esta segunda sentencia nos da un poco de ánimo y demuestra que teníamos razón. Pero todo va tan lento…”.
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