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SINDICALISMO y POLITIZACIÓN,  dos caras para una moneda

SINDICALISMO y POLITIZACIÓN, dos caras para una moneda

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
lunes 17 de octubre de 2011, 12:52h

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Cercanos a una cita electoral aumentan las acusaciones de politización de cualquier acción reivindicativa. Toda actuación en el marco de una sociedad democrática tiene consecuencias políticas. No siempre con el objetivo o intención de cambiar el voto, en el sentido más negativo. Pero siempre que se pretende transformar el mundo, o dejarlo como está, se está haciendo política. Algunos sindicatos somos conscientes, otros, bajo la marca de independientes, deberían analizar qué política están haciendo, o apoyando.

En estos tiempos convulsos, o más bien excitados, de lucha sindical contra la amenaza de los recortes en todos los servicios públicos, hasta dejarlos en lo básico, según el gobierno regional; y cuando todas las fuerzas sindicales deberíamos estar a una, como en Fuenteovejuna, aparecen opiniones dispares, distintas interpretaciones, que responden a intereses diversos o, cuanto menos, a diferentes percepciones de la realidad.



Estando cerca la cita de los/as ciudadanos/as con las urnas, la acusación de politización de las movilizaciones de algunos sindicatos (STE-CLM, CC.OO. y FETE-UGT), han saltado desde lo más profundo del cíngulo cerebral a las bocas y plumas de los acusadores, la administración del PP y sus buenos amigos los compañeros de ANPE, aludiendo directamente los primeros, e implícitamente los segundos, que la huelga y manifestaciones actuales tienen tintes políticos.

De todas las definiciones de política nos quedamos con la siguiente: Es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo. Sin duda, cuando un sindicato inicia un proceso de negociación o movilización, tan válido uno como el otro, buscando unos objetivos de grupo, como es el caso de los/as docentes y sus condiciones laborales, estamos haciendo política, buena política si las decisiones guardan coherencia con la identidad del grupo y los fines a conseguir. Mala política si no hay ni coherencia con esa identidad ni con los objetivos. Situación ésta que podríamos denominar corrupción o simplemente engaño.

Es decir, cualquier acción o proceso que pone en marcha un grupo para conseguir unos objetivos, de la cual surgen efectos, consecuencias buscadas e impactos esperados, es política.

Cuando la administración de Cospedal pone en marcha un Plan de recortes en la educación pública, está haciendo política, la del Partido Popular. Cuando unos sindicatos nos oponemos a estas medidas, estamos haciendo política, y cuando otros dan cobertura a esas medidas, sean cómplices o no, están haciendo política también. Pues unos y otros, dificultan o favorecen políticas educativas que ya tienen consecuencias, en el deterioro de la calidad en la educación pública, y en el incremento de la cifra del desempleo. Y esto acaba de empezar.

En STE-CLM creemos que politizar no es negativo, pues es dar orientación o contenido político a acciones, pensamientos o personas que no lo tenían manifestado (normalmente lo tienen encubierto, oculto, a veces sin saberlo, otras deliberadamente).  Si bien preferimos “politizar” en el sentido de despertar la conciencia o preocupación política en una persona o grupo.

Por todo ello tenemos derecho a participar en los procesos de toma de decisiones en política educativa, tenemos derecho a hacer política, y es más, nos negamos a que algunos nos señalen por ello. Bien es cierto que la clase política ha perdido el apoyo de la ciudadanía; si un zapatero nos hace unas malas botas, ¿tendríamos que ir descalzos siempre? Parece que eso es lo que quieren los que nos gobiernan --déjennos la política a nosotros—dirán y --ustedes a sus pizarras, sus aulas, sus centros, a enseñar con autoridad--.

No hay huelgas educativas (aceptables), como dice CSI-F, ni huelgas políticas (inaceptables), como dice ANPE. Toda huelga, manifestación, concentración, hasta una camiseta verde, o un grito entre la multitud o el silencio de un patio de recreo es políticamente correcto, y ahora, más que nunca, necesario.

Santiago Langreo
Comisión de Coordinación
Secretariado de STE-CLM

 

 

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