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Socialismo del Siglo XXI

Por Redacción
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localcuencanewses/5/5/16
lunes 19 de diciembre de 2011, 01:13h

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Decía Winston Churchill sobre los economistas que en una charla entre dos de estos, siempre habrá dos teorías distintas, y que éstas serían tres si uno de ellos es Keynes.

No cabe duda de que el keynesianismo es la teoría económica más influyente del Siglo XX, y más que por la eficacia y fiabilidad de sus teorías lo es por las enormes ventajas políticas que tienen sus propuestas.



No sorprende, por tanto, la efusividad con la que los políticos de todos los partidos acogieron sus teorías a principios de siglo. En una época donde ya dominaban los colectivismos, Keynes facilitó un instrumento político a las pocas democracias que todavía no habían caído en el totalitarismo, pues legitimaban democráticamente aquellas acciones que sólo podían llevarse a cabo mediante regímenes autoritarios. Parece lógico, por tanto, que tras la caída del comunismo, los partidos socialistas se acogieran al Keynesianismo como tabla de salvación cuando, eso sí, sus teorías estaban ya totalmente rebatidas e incluso el mismo Keynes, fiel a sí mismo, había reformulado y rectificado.

 

En la actualidad, existen partidos socialdemócratas que han sabido reconducir y modernizar sus propuestas, como los centroeuropeos y escandinavos, que enfocan sus políticas a la propia sostenibilidad del Estado del Bienestar, o los laboristas ingleses con su tercera vía.

Esta ola de modernización y replanteamiento de las políticas socialdemócratas no ha llegado a España. Lamentablemente, desde el congreso del PSOE en Suresnes se ha producido más bien una involución en su discurso, y ha acabado pareciéndose más a un partido de izquierdas latinoamericano que a sus homólogos Europeos.

En Castilla La Mancha tenemos un claro ejemplo de ello, donde durante años el gobierno socialista ha llevado a cabo una política populista que ha podido mantenerse gracias a las cuantiosas transferencias del resto de los españoles y europeos. Dicho de otro modo, si Castilla La Mancha fuera un país, hace tiempo que habría quebrado o su gobierno hubiera colapsado por la situación económica.

Esta estrategia llevada a cabo desde hace lustros consta de una serie de dimensiones: Desde el nacimiento de nuestra región, se ha intentado asimilar al partido con la propia autonomía para que sean una misma cosa, -al igual que el PNV en el País Vasco-, de manera que cualquier campaña de comunicación relacionada con la región repercutía en la imagen del PSOE.

Aprovechando el discurso anterior, afirman que Castilla La Mancha ha prosperado, lo cual es una obviedad, ya que en veinte años, sólo los países que han sufrido una guerra o el azote del comunismo no han crecido, por ejemplo, el rey de Marruecos podría esgrimir este mismo argumento tramposo.  El problema, claro está, es que las regiones vecinas han crecido y prosperado mucho más.

La tercera parte de esta estrategia es la táctica de “Papá estado”, es decir, conseguir que los ciudadanos agradezcan al gobierno, las pocas ayudas que reciben, ocultando que muy probablemente necesiten esa asistencia debido a la mala gestión de éste, convirtiendo al partido en el protector y proveedor de la poca renta que tenemos.

Es fácil llegar a la conclusión de que esta estrategia, democrática, pero totalitaria en su concepto, es la misma que empleaban muchos partidos en la primera mitad del S. XX en Europa.

No cabe duda de que este discurso ha perdido eficacia, y más después de perder las elecciones; resulta difícil mantener esta estrategia cuando estamos sufriendo el resultado de todo ello en nuestras propias carnes, pero da la sensación de que el PSOE de la región parece sentirse aferrado a ello, algo lógico ya que al fin y al cabo es lo único que han hecho en la era democrática.

 

Pablo Muñoz Miranzo
Twitter: @pmmiranzo

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