Mantener unas políticas conservadoras en Cuenca en estos momentos significaría perpetuar un modelo de gestión que ha llevado a la ruina al Ayuntamiento, hasta el punto de estar intervenido por el Ministerio de Hacienda. En la práctica, esto supone que, a menos que se haga una auditoría ciudadana de la deuda, la fuerza política que venza en las próximas elecciones apenas podrá llevar a cabo políticas propias.
Querer continuidad política implica a día de hoy dar por buenas unas “credenciales de gestión” cuyos frutos se llaman “Bosque de Acero”, “Urbanización de El Tempranillo” o “Sedes de los Agentes Sociales”. Desde Podemos Cuenca no creemos que los empresarios quieran la continuidad del modelo de gestión que ha hecho posible estos escándalos y que destaca por su opacidad.
En definitiva, las políticas conservadoras sólo pueden conducir hoy a una Cuenca entrampada por 20 años. Nos condenan a una Cuenca sin futuro.
Más allá de los intereses partidarios de unos pocos empresarios que repiten las falsedades del PP sobre la crisis, creemos que la mayoría puede entender la necesidad del cambio que trae Podemos. Nuestro cambio no es para destruir lo consolidado, sino para trasformarlo. No venimos para derribar la casa... sino para levantar las alfombras (transparencia), hacer inventario (auditoría) y modificar el interior para que todo el mundo quepa dentro (la dignidad y el futuro por delante de la deuda ilegítima).
Es necesario avanzar hacia una nueva cultura emprendedora, una democracia económica, más colaborativa que competitiva, respetuosa con la naturaleza, que trate a las personas como personas y no como mercancías y que ponga las administraciones públicas a disposición de la gente y no al servicio del enriquecimiento de un grupo minoritario.
Si (
No(
