Quizá lo primero que me viene a la mente, por peatón mayormente en el tiempo, son los excesos que cometemos los viandantes. Es alucinante como algunos individuos cruzan las calles, tanto en los pasos de peatones en verde para vehículos como por medio de una. Es como si tuvieran superpoderes, al estilo Supermán o Coloso, y un posible atropello no les fuera a hacer nada, ellos van y cruzan tan tranquilos, con un aplomo que para qué.
Seamos sinceros, quien más y quien menos hemos cruzado mal por un paso de peatones o por una calle si hemos visto que no viene nadie. Pero yo me refiero a esos que cruzan sin mirar o que lo hacen sabiendo que los coches están cruzando y esperan que paren o los esquiven. Y luego la fama la tienen principalmente los conductores.
Como caso particular puedo contar una vez que yendo por la Diputación, a la altura de la Biblioteca, salió una mujer por medio, sin mirar y se puso a cruzar. Hubo suerte e íbamos despacio, con lo cual nos dio tiempo a frenar y quedar a un metro escaso de la mujer. Le pitamos y la susodicha se nos puso a insultar y a decir que si nunca hemos hecho eso, que es lo más normal…. Pues hombre, común sí, no lo vamos a negar, peeeeeeeero un poco de autocrítica no viene mal de vez en cuando, que quien hubiera salido perdiendo era ella, nosotros nos hubiéramos llevado un buen susto sobretodo, así que un pitazo por cruzar incorrectamente no me parece para tanto para lo que podía haber sido.
Si hablamos de los conductores, incluyendo en esta categoría a los de coches y motos, también tienen lo suyo. La velocidad es uno de los principales problemas achacables a los conductores de vehículos ya que muchas actividades inadecuadas derivan de dicho exceso de velocidad. Un ejemplo típico es el saltarse los semáforos, pasos de peatones o ceda el paso. Hacer “rallies” en las rotondas o calles por la noche, e incluso por los parques. Más de una rueda se ha dejado alguno con estas maniobras.
Otro de los grandes conflictos que hay en Cuenca con los conductores se sucede a la puerta de muchos colegios de la capital. Uno de los puntos más conflictivos es el colegio conocido como “las Pepas”, por poner un ejemplo extrapolable. Al estar la puerta de dicho colegio en una rotonda los esperpentos son cantosos a más no poder: coches parados en segunda y tercera fila en mitad de la rotonda, subidos en las aceras o metidos en el aparcamiento de la universidad. La hora punta de entrada y salida de críos es un caos absoluto todos los días para la gente que trabaja en la zona, principalmente la que lo hace en la universidad, incluidos los estudiantes, y las personas que se acercan y/o trabajan en el hospital.
Lo de aparcar en sitios que no están habilitados es rastro común en todas las ciudades y las entradas de más de un garaje o encontrarnos dobles filas, como ya he dicho, lo vemos todos los días, aunque dos pasos más adelante haya hueco. De esta circunstancia me hago eco ya que subir al casco algunas noches y ver como está la plaza de la Catedral da un poco de cosa. ¿No se han construido un par de aparcamientos para eso?
Y si de rotondas hablamos, la incorporación a las mismas por el carril de la izquierda es un peligro ya que le quitas la visibilidad al que va correctamente por el carril de la derecha y al intentar abandonar la rotonda siguen recto en vez de incorporarse paulatinamente al carril de la derecha. Frenazos, cláxones y maldiciones a la orden del día y golpes de vez en cuando.
En fin, creo que más de uno ha vivido una situación parecida en uno u otro lado. Lo dicho, no pasa más pues no se sabe muy bien por qué.
Ruth García
Si (
No(
