Con la conferencia que bajo el título de “Resistencia e integración. Las cofradías judeoconversas de Cuenca” ofrecerá el propio director de la corporación Miguel Jiménez Monteserín, la Real Academia Conquense de Artes y Letras cerrará este martes 20 de diciembre sus semanales convocatorias del trimestre que se reanudarán ya pasadas las celebraciones navideñas y de fin de año. Será como de costumbre a partir de las ocho de la tarde en el salón de actos de la institución en la segunda planta del edificio de las antiguas Escuelas de San Antón con, también como siempre, entrada libre y gratuita.
De una función mediadora a la caritativa y religiosa
En 1391 los judíos de Cuenca, instalados en la ciudad desde el tiempo de la conquista, fueron obligados a bautizarse. El hecho afectó también a la mayoría de las comunidades judaicas castellanas. En el caso de Cuenca desapareció la antigua aljama porque todos sus miembros se convirtieron al cristianismo. Estos neófitos constituyeron de inmediato dos cofradías de carácter solidario, la de San Pedro y San Pablo y la de San Francisco. Tales corporaciones, además de asistir a los más desfavorecidos, ejercieron un importante papel arbitral en el seno del grupo judeoconverso, lo que facilitaría, con la solidaridad interna, su cohesión y la presencia pública de sus miembros. Supuso esto que durante cerca de un siglo los conversos resolvieran sus conflictos gracias a tales asociaciones, manteniendo unas prácticas arbitrales que el Fuero de Cuenca les garantizaba. La llegada de la Inquisición en 1489 supuso la quiebra definitiva de la aparente solidaridad interna del grupo judeoconverso y que estas cofradías perdiesen su función mediadora cobrando importancia creciente la dimensión estrictamente caritativa y religiosa, manteniéndose así hasta el siglo XIX.
El conferenciante
Licenciado en Historia con Premio Extraordinario por la Universidad Autónoma de Madrid, docteur ès Lettres por la Universidad de Estrasburgo y doctor en Historia con