El empate a dos goles del Conquense frente al
CDC Moscardó dejó sensaciones encontradas, pero sobre todo satisfacción por la reacción del equipo en la segunda mitad. Así lo señaló el entrenador
Rober Gutiérrez, que reconoció la dificultad de la primera parte: “Nos sorprendió la estructura del rival. Pensábamos que iban a jugar con línea de cinco y nos costó ajustarnos a su presión. Sufrimos unos quince minutos, pero no fue que no creáramos ocasiones; tuvimos algunas claras, como un cabezazo de Álvaro”.
Según Gutiérrez, el equipo logró recomponerse gracias a cambios tácticos que incluyeron emparejar a Peña y Álvaro con los centrales rivales y jugar casi mano a mano en ciertas zonas: “En la segunda parte el equipo se instaló en campo contrario, generó ocasiones y creo que merecimos incluso más”, apuntó el técnico.
El Conquense mantiene una línea ascendente, con cuatro jornadas sin perder y ocho puntos en seis partidos, a pesar de la exigencia del Grupo 5. “Esto recién empieza y estamos en un buen momento. La reacción tras ir 2-0 abajo demuestra el alma y la pasión de los jugadores”, añadió Gutiérrez, destacando la implicación de toda la plantilla y la importancia del apoyo de la afición.
El entrenador también subrayó la necesidad de ser prudentes y respetar a los rivales en un grupo muy competitivo: “Cualquier equipo puede hacer mucho daño. Hay que ir partido a partido, con humildad y concentración”.
En definitiva, el empate supone un punto valioso que mantiene al Conquense en la lucha, reforzando la confianza del equipo y la cohesión de un plantel que busca seguir creciendo jornada tras jornada.