El Centro Cultural Aguirre acogió la segunda sesión de "Tardes de Cortos", donde se proyectaron cortometrajes sobre soledad y xenofobia. Tras las proyecciones, se realizaron coloquios que permitieron a los asistentes compartir experiencias y reflexionar sobre discriminación, destacando el papel del cine en la construcción de comunidades empáticas.
El Centro Cultural Aguirre fue escenario este viernes de una nueva cita con el cine social y participativo. En su segunda sesión del ciclo "Tardes de Cortos", el Laboratorio Ciudadano de Aframas volvió a reunir a la ciudadanía conquense para reflexionar, compartir experiencias y tender puentes a través del séptimo arte.
En esta ocasión, se proyectaron dos cortometrajes del Festival Internacional de Cine Social (Feciso): Tan sols edat, que aborda la soledad no deseada y el edadismo, y Misoxenia, una pieza centrada en la xenofobia y los discursos de odio hacia las personas extranjeras.
Tras cada proyección, el público participó en coloquios abiertos que dieron lugar a conversaciones profundas y emotivas. Jóvenes con discapacidad compartieron cómo ellos también han sentido el peso de la soledad o la invisibilidad al envejecer. Por su parte, Amparo, representante de Fundación Mayores, presentó el proyecto Enredando Barrios, que trabaja en Cuenca para detectar y acompañar a personas mayores que viven solas. Destacó el papel esencial de los pequeños comercios, como farmacias o panaderías, en la identificación de estas situaciones, y subrayó la importancia de la confianza para poder prestar una ayuda significativa.
En el segundo coloquio, Alex, participante migrante, ofreció su visión sobre la xenofobia, recalcando que “no es exclusiva de un país”, y que también se da entre comunidades latinoamericanas o hacia españoles en el extranjero. Habló de las dificultades para homologar títulos académicos y del peso de los estereotipos, al tiempo que lanzó un mensaje claro: la actitud personal puede marcar una gran diferencia.
El público también aportó testimonios personales, incluyendo experiencias de discriminación hacia personas con discapacidad, lo que enriqueció aún más el debate.
Desde el Laboratorio Ciudadano de Aframas se reitera el compromiso con estos espacios de encuentro entre realidades diversas, convencidos de que el cine puede ser un punto de partida poderoso para construir comunidades más empáticas, activas y justas.