La exposición "Turbofuturismo: tácticas para no salvar el mundo" en la Sala ACUA de Cuenca, hasta el 6 de julio, critica satíricamente el capitalismo contemporáneo. Organizada por artistas de la UCLM, combina diversas técnicas artísticas y performances que reflexionan sobre el colapso y la fascinación por lo destructivo.
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Sala ACUA del campus de Cuenca acoge hasta el 6 de julio la exposición “Turbofuturismo: tácticas para no salvar el mundo”, una propuesta artística y teórica que lanza una mirada mordaz y satírica sobre los efectos destructivos del capitalismo contemporáneo. Organizada por un grupo de artistas e investigadores vinculados a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Castilla-La Mancha, la muestra combina arte, investigación y reflexión crítica en un potente ejercicio estético y conceptual.
El proyecto plantea una lectura irónica del presente, marcada por la fascinación ante el colapso, el agotamiento de los recursos y las contradicciones de un sistema que sigue seduciendo a pesar de sus consecuencias devastadoras. “Existe cierta fascinación con el fin. Nos siguen atrayendo cosas que sabemos que destruyen”, explicó Beatriz Morales, una de las comisarias, junto a Francisco Holgado y Andrés Garo, durante la inauguración.
César Sánchez Ortiz, director académico de Cultura en la UCLM, destacó la importancia de esta propuesta: “La Sala ACUA suele cerrar su programación en junio, pero hemos querido prorrogar su actividad para dar espacio a este proyecto tan crítico como necesario”.
La exposición combina técnicas clásicas como el collage o la escultura textil con creaciones más experimentales que incorporan la robótica, explorando su relación inquietante con el ser humano. En palabras de Morales, el turbofuturismo construye estéticas “vinculadas al concepto de lo sublime, como antaño con la naturaleza, pero ahora desde el capitalismo”.
El recorrido se complementa con performances que subrayan el discurso de la exposición mediante la hipérbole y el humor. Miriam Navarro Prieto denunció la precariedad laboral disfrazada de éxito; Marina Álvarez Carnero presentó un protocolo de emergencia condenado al fracaso; Tzu-Han Hung transformó un ASMR en una experiencia estresante sobre el productivismo; y Damián Montesdeoca recitó poesía turbofuturista con un juego lingüístico que cuestiona conceptos cotidianos como “turismo”, “tofu” o “turbo”.
El proyecto Turbofuturismo nace del entorno creativo de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, a la que Yolanda Rozalén, coordinadora de Cultura de la Junta en Cuenca, definió como “caldo de cultivo del arte en la región”. Desde allí, la teoría se ha internacionalizado desde la publicación en 2023 del Manifiesto turbofuturista.
El elenco artístico incluye a Laura Budia, Anha Anha, Antolín Murcia Navarro, Judit Vaquero, Itsaso Irribarrem, Germán de la Riva, Julia Bolívar, Isabel Gaspar, Henry Lamiña y el equipo de comisariado y performance, conformando un mosaico multidisciplinar que convierte el arte en una herramienta de crítica radical y lúcida.