La resolución del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en Mahle deja tras de sí 462 familias en busca de una nueva oportunidad laboral en Motilla del Palancar. De ellas, 311 personas ya han recibido las cartas de despido, mientras que otras 151 saldrán en marzo. Una treintena de afectados han anunciado su intención de denunciar su despido por encontrarse en situaciones vulnerables, como bajas médicas o reducciones de jornada.
Ante este panorama, CCOO y UGT reclaman participar de manera activa en la mesa de industrialización que se constituya para atraer nuevos proyectos empresariales capaces de amortiguar el impacto laboral y económico del cierre de la planta. Ambas organizaciones sindicales han hecho balance este martes del proceso de negociación y de los pasos que deberán darse a partir de ahora para garantizar alternativas reales en la comarca.
El secretario general de Industria de CCOO en Castilla-La Mancha, Juan Cuevas, ha reconocido que la negociación ha sido “dura e ingrata” y que el acuerdo económico “se queda en poco” ante la magnitud del problema. Ha reprochado a las administraciones no haber exigido a Mahle el mantenimiento del proyecto pese a haber recibido subvenciones recientes, como las del Plan Moves.
“No entendemos que se dé dinero a industrias para que meses después se descarguen de plantilla y se lleven la actividad a otro sitio. No compartimos que no haya un seguimiento oportuno para que las ayudas públicas acaben financiando despidos”, ha denunciado.
Cuevas considera “imprescindible” que lleguen nuevos proyectos industriales que aprovechen el personal cualificado y la maquinaria puntera de Mahle, especialmente en sectores de futuro como la electrónica aplicada a la automoción. Por ello, ha instado al Ministerio de Industria y a los gobiernos de Castilla-La Mancha y la Comunitat Valenciana a constituir cuanto antes una mesa de trabajo que canalice inversiones hacia La Manchuela.
“Muchos trabajadores se habían desplazado a Motilla para trabajar en Mahle y, si no encuentran empleo, volverán a sus lugares de origen”, ha advertido.
Por su parte, el secretario de UGT FICA Cuenca, Jesús Laín, ha calificado el de Mahle como un ERE “especialmente duro”, tanto por el número de afectados como por la falta de empatía de la empresa.
“De ninguna manera podemos estar satisfechos con este descomunal expediente”, ha afirmado, subrayando que “no ha sido socialmente justo” y que no protege adecuadamente a los mayores de 55 años, cuyo plan de rentas “no garantiza ingresos hasta los 63 años”.
Laín también ha denunciado que la empresa no ha tenido consideración con colectivos vulnerables, como personas con reducción de jornada, de baja médica o en permisos de maternidad y paternidad.
“La plantilla ha demostrado una defensa ejemplar de sus puestos de trabajo”, ha reconocido el dirigente sindical.
Ambos sindicatos coinciden en que ahora es momento de exigir a las administraciones públicas que hagan realidad sus compromisos de reindustrialización, con la participación activa de los representantes sociales.
Mientras tanto, UGT y CCOO siguen trabajando para que los 151 despidos previstos para marzo se materialicen mediante bajas voluntarias, al tiempo que exigen a Mahle que presente proyectos de continuidad para los 511 empleados que permanecen en la planta.
“A día de hoy, la confianza que tenemos en Mahle es cero”, ha concluido Laín.